“FILOSOFÍA Y PROGRESO”
Durante más de 25 siglos, filósofos, historiadores,
científicos, teólogos y sociólogos han estudiado con ardor la idea de
“progreso”, el sentido de la misma y la diversidad de criterios y rasgos que
exigía para poder hablar propiamente de “progreso de la humanidad”.
La idea de progreso como expresión de la confianza en un
futuro mejor para la sociedad no fue ajena a la reflexión filosófica.
Aristóteles, S. Agustín, Kant, Marx, Comte, Husserl, Adorno, Horkheimer, entre
otros, llevaron a cabo aportaciones en ese sentido. Kant, como buen ilustrado,
llegó a afirmar que existía una ley inmanente del progreso mediante la cual la
naturaleza alcanza sus fines más allá de que la historia aparente ser absurda,
conduciendo a la humanidad, lentamente, desde el nivel inferior de la
animalidad hasta una racionalidad cada vez mayor.
En el siglo XIX, la Revolución Industrial hizo que la concepción de la historia como progreso de la humanidad llegara a su punto culmen. A excepción de Nietzsche, que pensaba que la cultura occidental era decadente en sumo grado, todo el mundo era capaz en aquella época de ver un progreso inmanente en el mismo desarrollo de la historia.
La idea de progreso (también) concebida como el lento y
gradual perfeccionamiento del saber en general, como el perfeccionamiento cada
vez mayor de la naturaleza humana, como incentivo para que el hombre occidental
alcanzara las máximas proezas y hazañas y para mejorar sus condiciones de su
vida en la tierra comenzó a cuestionarse seriamente ya durante la primera mitad
del siglo XX. Los desastre de las guerras mundiales (entre otros hechos) junto
con la deriva totalitaria de la razón occidental fomentaron la crítica, no exenta
de escepticismo, ante la idea de un progreso
de carácter perfeccionista.
Parece, ya en el siglo XXI, que este escepticismo hacia el
ideal genérico de progreso se ha convertido en pesimismo. El IV Foro Galego de
Filosofía celebrado en Lugo en febrero de 2016 indagó sobre la vigencia del
progreso como idea central en el debate filosófico del siglo XX. Francisco
Conde (USC) y Antonio Campillo (REF) nos mostraron una visión nada optimista de
la idea de progreso en la actualidad: la idea de progreso, como forma de
concebir la historia, está en crisis desde el siglo XX, siendo a inicios del
XXI bastante increíble.
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